Peñaranda de Duero, con su impresionante belleza natural, cautiva también por su rico patrimonio histórico y su entorno pintoresco y acogedor.
Hoy te hablaremos sobre una de las localidades más bonitas de toda la provincia de Burgos, y motivos no les faltan para hacerlo, se encuentra al norte de La Vid y Barrios, a tan solo 8 kilómetros.
La herencia de sus grandes monumentos se debe a su gran importancia durante la época de la Reconquista.
Se trata de una villa medieval que esconde muchos tesoros entre sus calles y una historia muy significativa, siendo Conjunto Histórico Artístico desde 1931.
Peñaranda de Duero fue un enclave estratégico de gran interés debido a su ubicación en una zona valiosa del río Duero.
Lugares de interés
Entre los lugares más destacables de esta preciosa localidad se encuentra
El Castillo
El Castillo de Peñaranda de Duero se trata de una gran fortaleza ubicada sobre una de las colinas de las cercanías del núcleo burgalés. La construcción de este castillo data del siglo XI.
En su interior destaca la Torre del Homenaje, siendo un centro de interpretación de los castillos fronterizos, la cual cuenta con cuatro plantas de vigas de madera, desde la cual se puede contemplar el municipio, considerado como uno de los más bonitos.
Este castillo es parte de la «Ruta de los Castillos de la Ribera del Duero»
Iglesia Excolegiata de Santa Ana
La Plaza Mayor está dominada por la imponente fachada principal de la antigua Colegiata Abacial, cuya construcción iniciada en 1540 y financiada por doña María Enríquez de Cárdenas, junto a su hijo, se extendió hasta principios del siglo XVII. Diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón y Pedro de Resines, destaca por su audaz diseño y notable altura, contrastando con sus delicados soportes. La portada barroca clasicista, obra de fray Pedro Martínez, presenta un estilo columnario con imágenes de santos, coronada por la figura de Santa Ana y los escudos de los Zúñiga y Avellaneda.
El acceso al templo, precedido por una escalinata con columnas renacentistas traídas de Nápoles por el Sexto Conde de Miranda, Juan de Zúñiga, exhibe bustos de emperadores romanos. En su interior, destaca un destacado retablo neoclásico diseñado por Ventura Rodríguez en 1783, así como un altorrelieve de Alfonso Giraldo Bergaz dedicado a Santa Ana, flanqueado por columnas con los escudos de los fundadores.
Palacio de Avellaneda
El edificio, construido a principios del siglo XVI en la Plaza Mayor, es un destacado ejemplo del estilo plateresco. Mandado edificar por el Tercer Conde de Miranda, presenta una portada con el escudo de los Zúñiga entre figuras tenantes. Su interior cuenta con un magnífico patio de doble arquería y salones decorados con artesonados góticos, mudéjares y renacentistas, destacando el Salón de Embajadores con una impresionante chimenea de estuco y una tribuna cerrada con celosía.
Peñalba de Castro
Peñalba de Castro se originó vinculado a la antigua ciudad de Clunia, destruida en el 712 por tropas musulmanas. En el siglo VIII, el rey Alfonso I de Asturias liberó la región del dominio árabe y trasladó a sus habitantes a tierras cristianas. En 912, se fundó la fortaleza de Clunia en Coruña del Conde, controlando la calzada hacia el norte y los puentes sobre el río Arandilla. En 1674, Peñalba de Castro se convirtió en Villa, consolidándose como una comunidad independiente con una economía agrícola y ganadera, según registros del Marqués de la Ensenada en 1752.
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