La Denominación de Origen de la Ribera del Duero es una de las más prestigiosas del mundo, con ya 40 años de historia.
Desde sus inicios hasta la actualidad, manteniendo una evolución constante sin perder la identidad, teniendo las empresas una filosofía común, calidad por encima de cantidad.
Los viticultores que componen esta denominación de origen trabajan con pasión, realizando un intenso trabajo en la poda y aclareo para obtener un bajo rendimiento de la viña y conseguir una menor cantidad de uvas, pero de más calidad.
Cuando el suelo es pobre, alejado del río y con buen drenaje, la uva es más concentrada. Logrando así unos vinos mejores, debido a que las raíces necesitan explorar las profundidades en buscar agua y nutrientes.
A lo largo de la Ribera del Duero se pueden encontrar tres grandes tipos de suelos: arcilloso, dando más carácter al vino; calizo, que otorga elegancia y complejidad al vino y pedregoso, dando vinos más melosos.
La vendimia se realiza principalmente de manera manual en toda la Denominación de Origen, lo que ya es una tradición de la Ribera del Duero. La recogida a mano ralentiza el proceso de recogida, pero permite una mayor selección de los racimos, otorgando un mejor estado sin golpes.
En la provincia de Soria existen 5 municipios que pertenecen a esta denominación de origen, siendo estos: San Esteban de Gormaz, Langa de Duero, Castillejo de Robledo, Miño de San Esteban y Alcubilla del Marques.
Estando en San Esteban de Gormaz el barrio más numeroso de la Ribera del Duero, con 300 bodegas subterráneas, ubicadas en la ladera del castillo.
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